miércoles, 24 de junio de 2009

Miedo(s)

Existen muchas clases de miedos.

Hay algunos que son absurdos, aparecen normalmente cuando uno se siente sólo y no encuentra compañía; es entonces cuando empieza a sentir fantasmas que le observan desde los armarios y mueven las cortinas del salón cuando se despista.La carne empieza a notar también el terror, y se eriza, provocando un escalofrío que llega hasta las pupilas, que se dilatan desorbitadas. El corazón empieza a latir descontrolado y un sabor amargo domina la boca, llegando al final del esternón. Pero no se preocupen;se trata de un miedo pasajero, un miedo cobarde, que sólo dura unos minutos y se deja vencer por el sentido común, una oportuna llamada de teléfono o una comedia con palomitas.

Existe también otra clase de miedo más profundo e intelectual. Es aquél que se esconde en el fondo del cerebro y aparece de vez en cuando, en momentos de desconcierto o indecisión. Es el temido miedo al futuro, a no saber qué nos deparará el mañana, el miedo a no ser lo que uno desea o no alcanzar los objetivos marcados. Se trata de un miedo perenne, bien amueblado, que nos acompaña siempre, haciéndonos dudar sobre el camino que elegimos. Alégrense, porque es un miedo sabio, que nos recuerda que aún somos jóvenes y todavía podemos equivocarnos. Deberíamos tener miedo si no lo tuviéramos.

Podemos encontrar otro miedo diferente: el miedo a no ser igual. Igual que los demás; igual que los amigos; igual que los compañeros de colegio. Se trata del miedo a sentirse distinto, miedo a no encajar en todo lo demás. Este tipo de miedo puede traerles terribles consecuencias, por lo que es necesario combatirlo en cuanto detecten ustedes los primeros síntomas. En la mayoría de los casos aparece durante la infancia y la adolescencia; superadas estas etapas de la vida, el miedo se transforma y se convierte en su opuesto: el miedo a que todo sea igual. Miedo
a la rutina, a la corbata, al sentirse idéntico al resto, miedo a morir sin haber sido distinto, miedo a no haber sido capaz de dar un paso más.

Pero el miedo más peligroso es el miedo al amor. Tengan ustedes mucho cuidado, pues es un miedo transparente que no se deja ver, y es necesario ser muy valiente para aceptar que se tiene dentro. El miedo del amor tiene muchas variaciones diferentes: miedo a que nos abandonen, miedo a que alguien nos quiera, miedo a abandonar, miedo a querer a quien no debemos, miedo a que nos quiera quien no debe, miedo a que no nos quieran, miedo a no conseguir querer. El miedo del amor es un miedo que impide, es un miedo que aparece cuando no aparece la verdad.

Hoy me he sentado aquí despacio,intentando entender este nuevo miedo, que se convierte en pánico.

Pánico porque sé que ya no estás.

Pánico, porque sin ti ya no me conozco.

2 comentarios:

  1. Existe otro miedo, que se parece mucho al primero, y sin embargo no es el mismo, puesto que es mucho más intenso y a la vez reposado: el miedo, no a estar sólo, sino a QUEDARSE SOLO. Una vez superado éste, o quizás entrelazado, llegará el siguiente miedo: el miedo a ACOSTUMBRARSE A ESTAR SOLO, a estar bien estando solo.
    Al final todos tienen un algo en común, y es que todos provocan la misma sensación: VÉRTIGO.

    (Toma parrafada...)
    Muaaaaakkkk

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